Myanmar, la antigua Birmania, es un país con gran diversidad étnica y arraigadas tradiciones. Una de ellas es el es el de las mujeres con la cara tatuada de la etnia Chin. Según cuenta la leyenda, un antiguo rey birmano se encontró con una bella joven a la que cortejó y poco tiempo después abandonó. El resto de mujeres, asustadas de correr la misma suerte, decidieron pintar su cara utilizando carbón. Debido a que ese maquillaje les duraba poco, con el tiempo decidieron fijar el color negro de forma permanente en su piel. Hay que considerar que antiguamente el rapto de las mujeres era algo muy posible. Hace unos 200 años que este ritual ha dejado de ser una costumbre cotidiana, pero aun quedan algunas mujeres que siguen esa antigua tradición.
Fotografía de Bertrand Devimeux.
Fotografía de Bertrand Devimeux.
Fotografía de Andrzej Olszewski.
Otra de las tradiciones aún vigentes es el maquillaje con Tanaka, una sustancia amarillenta que se extrae del árbol con el mismo nombre y que las mujeres se aplican habitualmente. Se trata de una práctica con más de 2.000 años de antigüedad, que en el pasado representaba la pureza y nobleza de la persona. Actualmente, se usa en un sentido más estético y práctico, ya que refresca la piel y ayuda a protegerla del sol.